Las empresas elaboran el balance de situación para resumir su posición financiera en un momento dado, normalmente al finalizar un mes, un trimestre o el ejercicio fiscal. El balance de situación muestra que posee la empresa (sus activos), que debe (sus pasivos) y su valor contable o patrimonio neto (también conocido como recursos propios o neto patrimonial).

Los activos son todos los recursos que una empresa puede poner a trabajar al servicio del negocio. Esta categoría incluye dinero en efectivo e instrumentos financieros (como acciones o bonos); existencias de materias primas y productos acabados; terrenos, edificios y equipos; y cuentas por cobrar de la empresa, es decir , fondos que los clientes deben por vienes y servicios adquiridos.

Los pasivos son deudas a proveedores y a otros acreedores. Si una empresa toma prestado dinero de un banco, ese dinero es un pasivo. Si compra piezas por un valor de 1 millón de dólares -y en la fecha del balance de situación aún no las ha pagado–, ese millón de dólares será un pasivo. Los fondos que la empresa debe a sus proveedores se conocen con el nombre cuentas por pagar.

Esta definición da lugar a lo que suele conocerse con el nombre de ecuación fundamental de la contabilidad:

activo – pasivo = patrimonio neto

o

activo = patrimonio + patrimonio neto

El balance de situación muestra los activos a un lado del balance y los pasivos y el patrimonio a neto al al otro. Su objetivo es informar sobre la situación económica y financiera de una empresa. Como su nombre indica, ambos lados del balance deben estar equilibrados.

Guías HBR- Finanzas básicas.